Este mirador pertenece, igual que San Lorenzo, a la zona del Racó de Joana, en la falda de la montaña de las Cruces. Su proximidad a la ciudad le convierte en uno de los itinerarios preferidos para los que les gusta practicar deporte.
Desde la ciudad, se accede por una zona de naranjos muy reconocida en Tavernes. El paisaje va cambiando a medida que vamos subiendo entre pinos y algarrobos hasta que llegamos a San Lorenzo. Podemos aprovechar esta altitud para echar un vistazo al mar y continuar la senda hasta el Mirador del Mediterráneo.
Desde la zona de ocio donde hay mesas y bancos de madera, subimos los escalones y, una vez arriba, podemos entender el concepto de mirador. Contemplamos los cultivos de marjal, playas… y el mar. Este paraje está incluido también en la Ruta de los Sentidos.
