Situada en el alto de las Cruces, se convierte en una zona ideal para hacer una parada, porque prácticamente se encuentra a la mitad de la ruta de la Via Ferrata.
Cuando estamos en el llano de la Sangonera, si hemos subido por la senda de es Amoladors, disfrutaremos por primera vez de la ventana abierta al mar. Está será una imagen que se nos quedará grabada para siempre. Si hemos subido por las Fontetes de Cantus, nos deleitaremos con el bosque mediterráneo que se abre ante nosotros.
Este llano presenta un paisaje donde destaca claramente el esfuerzo de los habitantes para conquistar los terrenos de montaña y hacerlos cultivables. Hay algunos bancales, caminos, sendas, construcciones donde guardar herramientas de cultivo y hasta casas que eran habitadas hasta hace poco más de 40 años. Se pueden visitar los restos de la casa del Herbolario, el horno de cal o senda dels Amoladors que era una cañada, construida con la técnica milenaria de piedra seca.
Solamente nos queda disfrutar del bocadillo y la buena compañía, sentados en las mesas y los bancos de madera que hay en la explanada de la parte superior de la fuente.